LA SEMANA DE LA MARMOTA

Ya en el vientre de mi madre hube de tenerlo todo manga por hombro, como si lo recordara… el cordón por un lado, la placenta desordenada, yo (en bebé) en las posturas más extrañas... Así lo continúe en mi infancia y adolescencia. Los cuadernos, libros y ropa se hacían un hueco en mi pequeña habitación, siempre con el miedo (tras la amenaza constante) de ser enviados a la basura por mi ordenada y amenazadora madre. Cuando me independicé, me convertí en la mujer más ordenada del mundo… Ja!! Sin nadie a quién dar explicaciones (mi esposo es la paciencia y la serenidad en estado puro), pues imagínate. A ver, tampoco os paséis, que os ponéis a imaginar y tenéis un peligro… No tengo cajas de pizza tiradas por el suelo, ni colillas (en plan casa yanki de estudiantes universitarios), pero que mi ropa podría estar más colocadita, pues sí. ¿Y a que viene esto? Pues viene a...