Año 3003. Continuación.

Año 3003. Will cruzó el Océano Atlántico en lancha (no me preguntéis cómo) y arribó en Portugal. Se llevó un chasco monumental al llegar a Madrid, y no ver signos de vida en Parquesur. Estaba convencido de que allí, en ese famoso centro comercial, tan concurrido en la antigüedad, hallaría su Halle Berry. Pero, ni la desolación, ni el cansancio, ni la soledad, menoscabaron su afán de tener frente a sí a la Piedra Rosetta. Hoy su corazón le centellea. Una lágrima de ilusión se resbala por su mejilla. Tiene frente a sí la puerta del museo Británico (y está abierta). Will oye sus propios pasos al pisar el suelo de la galería… LAS PLANILLAS II Como os relaté en la anterior entrada, hay enfermeras que están sufriendo transformaciones considerables de su anatomía, y se sospecha que es...