AMNISTIA POR NAVIDAD (EN SANIDAD)
AMNISTIA POR NAVIDAD (EN SANIDAD) Llegan estas particulares fechas, como todos los años, nunca cambia. Siete trienios y diferentes servicios me avalan para constatar que en estos días los supervisores sudan hematíes y su personal se queda sin defensas, al esperar con angustia las temidas planillas de navidad. Las M (mañanas), T (tardes), N (ejem...) se reparten como buenamente se puede y, tal y como si fuera el sorteo de la lotería nacional, todos los años cruzas los dedos para que no te toque el gordo de trabajar "noche mala" (nochevieja o nochebuena). A mí, a priori, cuando me toca, al principio (en noviembre), no lo llevo tan mal. Estribillos como "es una noche más", "no pasa nada" "igual hasta te lo pasas mejor" se repiten entre tus compañeros y te crees inmune a la desolación. Sí, la tristeza que te aborda la tarde de esa noche en cuestión, cuando te ves con el petate despidiéndote de tu familia, maldicien