LA GUINDA DEL PASTEL
Cómo han pasado los años, las vueltas que da
la vida...
¿Quién
no se ha dicho esto alguna vez cuando se ve frente a un plato de lentejas y se
le hace la boca agua cuando de joven no quería ni olerlas?
Los
gustos van cambiando. Las preferencias van cambiando. La escala de valores va
cambiando. El cuerpo, también ( en un 99%
de los casos, a peor).
Si a
mí me hubieran dicho cuando tenía veinte años que cuando llegase a los treinta y
cinco iba a preferir quedarme en casa un viernes viendo «Tu cara me suena»
a salir a cenar y pegarme unos bailes, le hubiera respondido al aprendiz de
clarividente:
—¡Tú estás
chalao!
Si el chalao, jugándosela de nuevo, me hubiera
vaticinado que con los treinta y cinco iba a preferir una quedada con amigos en
una casa, en horario de comida, con la música bajita para poder hablar, que
salir por la noche a darlo todo, le hubiera increpado con total convencimiento:
—¡Mira,
qué no! ¡Eso es imposible! ¡No tienes ni idea! ¡A mí me encanta la noche! ¡Yo
sé quién soy!
Y el
caso es que alguna vez me lo dijeron, y aunque no recuerdo exactamente quién y
cuál fue mi respuesta (mi memoria vino estropeada de serie), sé que hube de
contestar algo similar a lo anterior.
El
primer contrato que me hicieron de enfermera fue en Urgencias en turno de
mañana. Bien y mal. Bien porque era en Urgencias, mal porque era de mañana.
Claro que apenas hice porque las cambié todas.
Por
todos es sabido en el ámbito hospitalario que cambiar el turno de la mañana a
la tarde es infinitamente más sencillo que al contrario. Quien tiene la mañana
tiene el poder. Este es el porqué de esta entrada. Nunca pensé que una de mis
mayores aspiraciones en la vida iba a ser la misma que la de los demás
compañeros de fatigas. Nunca creí que aquello por lo que la gente discute, se
clava algún que otro cuchillo y pide como su más preciado deseo a La Fontana de
Trevi, iba a ser el mío.
Porque
si hay algo que el trabajador (de más de treinta años) anhela en el hospital,
si hay algo deseado y envidiado a partes iguales, si hay algo por lo que más de
uno vendería su alma al diablo (en argot poético, en argot hospitalario es
trabajar hasta en medicina interna o geriatría) es conseguir el TURNO DE
MAÑANA.
El
"de ocho a tres" no es nada fácil de lograr, amigos. Eso y ser fijo
son la guinda del pastel del sanitario; eso te hace ir con la cabeza alta por
Ibiza aunque vistas una talla cuarenta y cuatro; eso es mejor que Christian
Grey en el cuarto rojo dispuesto a darte un repaso.
Son
incontables las de "guerras civiles" que se han dado en cada servicio
de cualquier hospital por el reparto de mañanas. Os confieso que nunca me he
informado al completo (es una técnica que uso cuando no me quiero cabrear,
prefiero no saber), pero hay multitud de "leyes o leyendas" que los
interesados repiten como el credo. Os redacto las más contradictorias:
•En
caso de haber contratados interinos o eventuales en turno de mañana y fijos en
tarde, los fijos pueden pasar a la mañana y desplazar a los eventuales (siempre
y cuando estos no sea familiares de cualquier directivo hospitalario).
La
otra versión:
•Si el
fijo no ha consolidado su plaza en turno de mañana, se quedará en el turno de
tarde, aunque haya contratados en mañana (y eche espuma por la boca, oreja o
anexos).
Sé que
es un poco complicado de entender (tipo alcalde, vecinos, alcalde...) y más si
no trabajas en este sector, pero para explicarme mejor:
Depende
donde trabajes se hace una cosa u otra y ya te puedes poner rojo como el famoso
emoticono que no tienes nada qué hacer.
Y ahora
me hallo en una disyuntiva cuando menos desveladora. El lunes que viene, los
fijos, en el hospital en el que trabajo elegimos ubicación y turno. Va por
orden de puntuación (tiempo trabajado) y pese a que en alguna entrada (leed los
comentarios de "Tensiones en la planta") me tildaron de "vieja
gloria", soy de las últimas en elegir... ¿Y sabéis qué? Después de todo lo anteriormente citado imaginaréis que:
¡¡¡Quiero
la mañana!!! ¡¡¡Quiero la mañana!!! ¡¡¡¡¡¡Quierooooo la mañaaaanaaaa!!!!
Lo que
antes era:
—¡Puaj,
qué madrugón!
Ahora
se ha convertido:
—¡Ufff,
salir a las tres! ¡Qué pasada!
Lo que
antes era:
—Paso
de la mañana, hay muy mal ambiente.
Ahora
es:
—Tú
dame mañana y el ambiente ya lo creo yo.
Lo que
antes era:
—¡Trabajar
un sábado y un domingo de mañana! ¡Qué horror! ¡No puedo trasnochar.
Ahora
es:
—¡Trabajar
un sábado y un domingo de mañana! ¡Qué guay! ¡Puedo comer con mi familia, tomar
cañas con los colegas, ver a mi sobrino!
Las vueltas que da la vida...
Tengo
una semana para valorar si quedarme en la tarde y salir ¡a las diez en el frío
invierno! o irme (si queda algún hueco) a un servicio donde se trabaje mucho y
regular (porque para uno bueno no me llega) a costa de ese ansiado ocho a tres.
Y como he empezado con una canción, acabó con otra un poquito versionada:
¿Qué pasara? ¿Qué servicio habrá? Puede ser
día o noche...tan, tan tan...
Esta
vez sí que os ruego comentarios. Necesito ayuda.
Yo apostaría por la Mañanas, si o si; pero claro está, tengo algunos años más que tú. De todas formas, escoge el turno donde te sientas más cómoda. Olvídate lo que harás después. Besos Irene.
ResponderEliminarGracias Javier. El problema es que las mañanas que me van a quedar son realmente malas, y tras 9 años en medicina interna... esto es un sinvivir
EliminarHola guapa!! Pienso como Javier (y al igual que él, yo, también tengo algunos[bastantes]años más que tú), aunque, con una salvedad: a pesar de sentirte más incómoda..., ¡siempre turno de mañana!
ResponderEliminarGracias Kiko! tú estás hecho un chaval!
EliminarYo elijiria la mañana, sin dudar. Pero te diré querida mia, que todos soñamos con cambios, y cuando llegan, queremos otro cambio ( niño a mayor de edad, estudiar, a trabajar, soltera a casarte... y asi dejamos de disfrutar lo que tenemos en cada momento...Los humanos somos asi de ilógicos.
ResponderEliminarYo elijiria la mañana, sin dudar. Pero te diré querida mia, que todos soñamos con cambios, y cuando llegan, queremos otro cambio ( niño a mayor de edad, estudiar, a trabajar, soltera a casarte... y asi dejamos de disfrutar lo que tenemos en cada momento...Los humanos somos asi de ilógicos.
ResponderEliminarPues yo no venderia mi alma por un turno, yo iria a un servicio en el que me apetezca trabajar, aprender y desarrollarme.
ResponderEliminarMacarra!! Qué tal te va??? Es que lo voy a necesitar... ya tú sabes...
EliminarYo estaba en la misma ecrucijada q tu hace un mes! Y era o mañana en un servicio de ínterna trauma etc.. o tardes Buenas q si me llegaban q imposible por mis hijos!! O noches fijas q era Algó menos malo pero en un servicio q me encanta. Así empece hace dos noches en mi nuevo servico y estoy contenta con la decisión tomada! Me apaña igual q las mañanas pero eso si más cansada jeje .suerte y eligas lo que eligas mira el lado positivo!!
ResponderEliminarYo estaba en la misma ecrucijada q tu hace un mes! Y era o mañana en un servicio de ínterna trauma etc.. o tardes Buenas q si me llegaban q imposible por mis hijos!! O noches fijas q era Algó menos malo pero en un servicio q me encanta. Así empece hace dos noches en mi nuevo servico y estoy contenta con la decisión tomada! Me apaña igual q las mañanas pero eso si más cansada jeje .suerte y eligas lo que eligas mira el lado positivo!!
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