NO SOY SOLDADO

     Mañana vuelvo al hospital, por llamarlo así. Últimamente es más parecido a una trinchera que a un lugar donde se salvan vidas. Nunca pensé que presenciaría una, y ahora cada vez que piso la entrada de hospital siento que estoy en primera línea de guerra. Pero aquí hay algo que no encaja, yo no soy soldado, yo no tengo genes valientes deseosos de salvar a la humanidad de un meteorito maléfico, no, yo soy hipocondríaca y muy cobarde. Yo no soy soldado. 

    Me esperan, si nada cambia, cuatro mañanas y dos noches seguidas. Las mañanas son más llevables, las noches no quiero ni contarlas. Vamos envueltas en plástico, con suerte, con dobles guantes, gorros, calzas, dos mascarillas que pican como demonios y te hieren la piel dejándonos unas marcas que prometen ser eternas, con una pantalla que te aprieta tanto que duele la cabeza, pero a mí me da seguridad y prefiero la cefalea a trabajar con miedo. Es una película de ciencia ficción, pero insisto, nunca me he visto como la protagonista de esas aventuras, yo soy una cobarde.


   En enero, una mañana desayunando les conté a mis compañeras que me había desvelado pensando que el virus ese chino podía llegar a España, ellas se rieron, jamás podría sucedernos algo así. Todo apuntaba a que era imposible que España se colapasara a ese nivel... ¿me puede explicar alguien cómo estamos como estamos? No lo entiendo, es que no lo entiendo.

   ¿Si tenemos una de las mejores sanidades del planeta cómo tenemos tantos fallecidos? 

   Hay algo más que evidente, nos han fumigado, han dejado entrar el virus en Madrid con total libertad. La gente venía de las zonas confinadas en Italia sin ningún tipo de control, a puerta gayola y aunque no es tiempo de reproches, ¡vaya tela, amigos! Y digo esto porque si alguien cree que en Madrid hay los infectados que dicen entonces es más crédulo que un niño. NO HACEN LA PRUEBA A NADIE. Con lo que las tasas que calculan son mentira, porque si el denominador es infinitamente mayor, no hay tasa que valga, pero sí las muertes. Las muertes son las que son. Y no lo entiendo.

    Todos los días me autodiagnostico de COVID 19 como tres o cuatro veces. Toso, me duele la cabeza, estoy distérmica, no me entra el aire, pero se me pasa y entonces confío en mi cuerpo, pero alguien me llama, me cuenta algo y vuelvo a empezar. ¿Os pasa?

   Tampoco ayuda que mi marido y mi niña hayan tenido febrícula y tos, como tantos y tantos en Madrid. Vivimos envueltos en una hiriente ignorancia que va a poder con nuestros nervios. ¿Dónde están los test? ¿Cómo vamos a poder atacar a la enfermedad en el futuro si epidemiologicamente no sabemos qué narices pasa en España?

   El día que tuvo fiebre mi marido, me tocó hacer noche, ni se me ocurrió llamar para que me diesen un permiso. Ya no los hay. Los soldados al frente y la familia que lo entienda.

   Estoy enfadada. Se me nota. Porque yo no soy soldado y me toca serlo. Eso no quiere decir que mañana no haga mi trabajo en el hospital, una vez que estás allí vuelve la normalidad, mi esencia enfermera y no hay espacio para reproches, pero sé que voy a ver cosas para las que no estoy preparada y me da tanta rabia... Los pacientes están muy malos y nos debemos a ellos. Nadie lo pone en duda. Mi UCI lo está dando todo, estoy muy orgullosa de todos y cada unos de mis compañeros. Hay muchos roles, pero de eso, cuando todo pase, ya haré mis gracias, hoy no me sale hacer broma.

   Os dejo, mi casa me llama. Mi casa que es probable que esté contagiada de COVID 19, pero a la que nadie ha venido a testificar, como en la gran mayoría. A los políticos sí les hacen el test.

  Eso sí, los aplausos, los aplausos son jalea real de la buena. Me hacen sentir tan bien que me entran ganas de ser soldado y tener ganas de luchar contra ese asqueroso bicho invisible. 

   Con todo esto quiero decir que mañana cuando me vista y me envuelva en plástico, seré la mejor soldado que pueda. Os lo prometo. Por ende, luego en casa, volveré a ser una cobarde.



   

Comentarios

  1. Irene Fer, mi Irene, eres taaaaan grande. Cobarde de pensamiento, xq el realidad tienes un par de ovarios para seguir, no en la trinchera, sino en primera línea de la guerra y como ya dije sin armas.
    Un besazo preciosa

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    1. Estoy de acuerdo, hace falta mucho coraje para salir cada día a enfrentarse con la muerte y más teniendo hijos. Dios te guarde y te de fuerzas Irene.

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  2. De cobarde nada. Una valiente como todos tus compañeros que estáis en las trincheras dispuestos a presentar batalla y a no rendirse. Eres muy grande, amiga, muy grande. Un abrazo muy fuerte!!!

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  3. Tengo a una amiga enfermera como tu y te entiendo. Entre el miedo a contagiaron, la frustración por no tener medios y ver a la gente morir sola sin despedirse de su familia, me parece que no hay nada que os reconozca el trabajo que hacéis lo suficiente. Os admiro muchísimo. Te desea a ti tus compis mucho ánimo y suerte de que no os contagie is. ����

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  4. Soy Mónica desde Argentina te he leído! Me has emocionado te admiro. Y comparto el blog, la humanidad entera tiene que aplaudirlos con tanta fuerza que solamente.les queden manos como para luchar a vuestro lado. Gracias

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  5. No eres un soldado pero estamos en guerra. Solo puedo decirte una palabra: GRACIAS

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  6. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  7. Querida Irene, imagino por todo lo que estás pasando y solo puedo agradecerte de todo corazón que nos estés cuando. Que seas tú quien le de las mano a esas personas y las consueles. Millones de gracias por lo que haces. ������������������

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  8. Oh mi bella Irene te leo y me apretaba un gran nudo en mi corazón, para mi eres la mujer más valiente y aguerrida que conozco (aunque sea por este medio)... me preocupa saber que estás ahí en primera línea comontantos de tus compis... dando su 100 % al bienestar ajeno exponiéndose a diario a contagiarse... ya pasará o eso espero con todo mi corazón quiero que esto ya pare. Es muy injusto tal y como tu dices los test y las protecciones son para los abc1 (tal como ocurre en mi pais) y me imagino que en muchos otros lados ... te doy mis fuerzas y mis mejores deseos para que pronto puedas estar tranquila con tu familia disfrutando de lo bueno de la vida ... GRACIAS POR TU ENTREGA HERMOSA

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  9. No te creas que eres cobarde, los cobardes nunca se levantarían de la cama para ir a trabajar en las condiciones que lo hacéis, no lo darían todo por los demás incluso la salud y es que no solo consiste en la profesión que tienes, es en el coraje que gastas de tirar "pa Lante" aún sabiendo que las cosas no se están haciendo bien. Gracias por no rendirte. Muaaaaa

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  10. Cuando esto acabe, (que acabará), faltarán medallas, de la misma forma que ahora faltan mascarillas para tanta gente como vosotros/as, que os han hecho soldados, sin pasar por los cuarteles.
    Un abrazo para ti y tus padres.

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  11. Juan Pedro Fernández26 de marzo de 2020, 10:35

    Los cobardes son los que pierden batallas, pero viven para ganar guerras. A este virus se le gana con la cobardía de no salir de casa, de sufrir con todo lo que lleváis puesto para protegeros del contagio y no contagiar, y más actitudes cobardes que eviten el contacto humano. Ojalá hubiéramos sido cobardes desde hace más tiempo y no sólo las dos últimas semanas, hubiéramos evitando este golpe tan enorme. Seguir salvando vidas, demostrando día a día lo grande que sois y en las buenas manos que estamos.

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  14. Ojalá yo pudiera ocupar tu lugar, ojalá yo tuviera tus conocimientos, tú valía, pero aquí estoy, encerrada en cada y sintiéndome una inútil. No eres soldado, no, pero eres indispensable, esencial y valiente. No lo dudes. Digo ojalá, pero yo no valgo para eso y me siento más inútil todavía. Eres grande, no lo dudes y eres fuerte porque la elección de tu oficio así lo atestigua. Hoy ya es tarde, pero mañana mis aplausos son para ti.

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  15. Eres una gran soldado y mejor aún enfermera. Gracias a ti y a todos tus compañeros de la sanidad por dejaros la piel por nosotros. Tu familia de 5 te quiere mucho! MNCMF

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