En estos tiempos convulsos para la enfermería (y cuando no es Pascua en Domingo), se me ocurre a mí publicar un libro. Sí, tiempos muy desagradables, en los que se ha valorado nuestro trabajo con una vara de medir envenenada. Me refiero a la carrera profesional, las dos palabras más pronunciadas en mi hospital en estas últimas semanas. La pena, la triste pena, es que aquello que podría habernos suscitado una gran alegría al oírlo ahora nos provoca arcadas, cuando no migrañas (por no generalizar creo que hay siete personas contentas en Madrid). De pequeña pensé que los malos solo estaban en los cuentos, de adolescente, en cambio, en las discotecas, después me absorbió la vena "hippie" y aposté que no había malas personas, que era cultural o patológico, con los "ventitodos" me fui desengañando y ahora, a mis treinta más que cumpliditos, me da mucha pena admitir que sí que existen y suelen tener poder. El poder de humillarnos y negarnos
Ya estoy deseando tenerla. No paro de mirar en Playbook, que es donde me descargo todos los libros, aunque los tuyos los tengo también en papel. Esperando la siguiente feria del libro para tener tu firma estampada en ellos. Cuídate mucho, CAMPEONA! Un besote enoooooorme...
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