No estaba muerto, estaba de parranda…
Entiendo que alguno de vosotros hayáis dudado de mi
estado vital, o festivo, o ni quiero pensar qué se habrá cruzado por vuestras
cabecitas locas, aunque prefiero cualquier cosa a que no os hayáis dado cuenta
de mi vacío informativo. Y no, no estaba muerta, ni de parranda, es mucho menos
notorio, ni emocionante, de hecho, es lo peor… Estaba (y estoy) con la
(piiiiiiiiiiiiiiiii) OPE.
¡Sí!
Al final decidí aplastar al gusanillo (os remito a la entrada “no hay manera”),
y agarrando al toro por los cuernos o por el rabo, ya que voy de culo, me puse
a estudiar, bueno, repasar, corrijo, leer, ¡qué leches! mariposear con los
apuntes de un lado para otro cual intelectual que prefiere estar estudiando que
leyendo una novela fresquita en la orilla de la playa. Tan lejos de la verdad…
Me he leído cuatro novelas en quince días, pero los apuntes han viajado conmigo
a donde quiera que haya ido, por si por infusión (ciencia infusa) se me
instalaban en la memoria. Y sí, al final me los he leído, (excepto la
constitución que eso es para nota), y ahora me pregunto ¿Y para qué?
Porque
no me acuerdo de nada. Soy un melón. A este paso como haga la oposición y los
gerentes vean mi nota, me quitan el contrato. ¡Pero si yo era lista de pequeña!
¡Ay, Dios! ¿Alguno estáis como yo? Por compasión, decid que sí…
En
serio, ¿hay alguien que se sabe las vitaminas? Si sí, mi más sincera
felicitación.
¿Y las
vacunas? ¡Son imposibles! Me parto con el calendario vacunal que cambian a cada
año… ¿Para qué nos lo tenemos que saber si hay carteles en todas las consultas?
¡Seamos prácticos, señores! ¡Qué no tenemos tiempo para chorradas!
¿Y el
tema de la calidad? ¿Eso, no? ¿Verdad? Decidme que no. Ahí no hay manera de
meter mano. Vamos, que yo estaba con mi fluorescente preparada para subrayar
pero ni lo destape, con eso os digo todo.
¿Y por
qué tenemos que estudiar todo esa cantidad de paridas que no se usan en el día
a día? No, no os engañéis. No es para que seamos más listos, o para ser más
competentes y dar mejor servicio a nuestros clientes, no… Es porque el año que viene
hay elecciones. Sí. Y tú te jorobas, y tiras de bíceps, y tríceps, para cargar
con todos tus apuntes en la maleta.
De lo
que hemos pagado, del método de selección, de tema bolsa, de los que se van a examinar
un día después porque su religión no les permite trabajar (y se ve que ni
pensar) los sábados; no voy a tocarlo porque dejaríais de leerme por soez.
Y es
por esto que no estoy escribiendo en el blog. Os debía una explicación. Y esta
es. Aunque asumo que por el estilo de oposición que han dictado no tengo nada
que hacer, al menos me quedo tranquila conmigo misma. No es humildad, me he
leído las bases, y esta oposición es para listos con memoria de elefante y
mucho tiempo libre.
A
partir del 4 de octubre volveré a la carga con anécdotas hospitalarias.
¡Ah!
Si os desesperáis, leed Abrázame que no te quiero, os prometo que os despejará.
Y sí, soy yo la de la entrevista del colegio de enfermería de Madrid.
Besos.
Pásate los apuntes al ebook...lo petas seguro...el eso ok, claro.
ResponderEliminarEn estos casos no sirve de naaaaa rebelarse y protestar. Ellos marcan las reglas del juego y no queda otra que apechugar. Concepto de "ellos " incluyo a los sindicatos. No se da un paso que ellos no conozcan. Ni uno.
Besos miles y felicidades por tus éxitos
Jajajja! Me niego a contaminar mi ebook con Donabedian,y Maslow. Prefiero a otros autores como Isabel Keats, David Safer o tú, Lola Montalvo que tengo pendiente tu libro, Sanatio.
ResponderEliminarDios, menos mal que estás como yo!! Pensé que era la única desgraciada jajaja. Suerte el día 4!!!!!
ResponderEliminaranimo y a seguir intentandolo un beso
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