C´est la vie
Soy enfermera y me enfermo cada vez que lo pienso,
ese es el nombre de mi blog —al que tengo abandonado desde tiempos inmemorables
(perdón lectores míos)—. Eso ya lo sabíais, no os descubro nada nuevo, pero y
si... resulta que... a lo mejor... (escribo con la precaución de no lanzar
campanitas al vuelo no vaya a ser que me caigan en la cabeza).
¿Y si ya no
enfermo cada vez que pienso que soy enfermera? ¿Qué sentido tendría este blog?
¿Realmente me habré curado? No sé, no sé.
Lo que
sí sé es que voy contenta a trabajar (aunque las L me siguen gustando más, infinitamente
más, y eso que apenas las cato).
Lo que
sí sé es que estoy aprendiendo mucho.
Lo que
sí sé es que he recuperado mi hábito del canturreo mientras trabajo.
Lo que
sí sé es que no me duelen (con tanta asiduidad) la espalda, ni la cabeza, ni
las piernas.
Lo que
sí sé es que vuelvo a gastar bromas a los pacientes, a hacer el payaso y a
preocuparme en conocerlos.
Pero
las campanitas vamos a dejarlas todavía en mi bolso, porque han sido tantos
años de quemazón intenso que no me atrevo a cantar victoria.
La
enfermería es una profesión con tantas vertientes, que sin ser sanitarios
entenderéis que nada tienen que ver el enfermero que trabaja en neonatos con el
que lo hace en rayos. Me siento con la experiencia de decir que depende donde
siembres tus cuidados, tu motivación crece o decae, lentamente, como una herida
infectada que no cura.
Lo que
no quiere decir que no esté orgullosa de mis nueve años en medicina interna, lo
estoy. Me han servido para aprender, para compartir experiencias, para adivinar
la paciencia que puedo llegar a tener, para conocer a un montón de gente
interesante que ha aportado mucho a mi vida (y espero que sigan haciéndolo), lo
que quiero decir es: ¡¡¡¡ex-compis, huid!!!!
Y no solo a ellas, a todo el que se compare con una
paraguaya (de quemado), huye!!! Hay mucho terreno por descubrir. Estudia, da la
lata en personal, prepara oposiciones, qué sé yo. Comprendo que no es fácil, sé
que da miedo, pero hemos estudiado una carrera para trabajar en algo que nos
gusta y no en dónde nos quieran poner. ¿Deberían funcionar de una vez las
especialidades? Podría ser la solución. Otra que se me ocurre es proteger ,
reforzar, cuidar al personal de los servicios más conflictivos, con cursos o con
supervisores que realmente se preocupen por su gente.
Ahora
en mi nueva parada, hemodiálisis, hasta he ido a un congreso en Valencia (con
los gastos pagados incluida una cena de gala que para una inexperta congresista
como yo no podía ni creer). En fin, otro mundo.
¿Sabéis
qué me asusta? Que se me olvide. Que me acostumbre. Poseo un don para la queja
que puede vencer a las comparaciones que le proyecte mi memoria cuando pasen
unos años y la novedad se vuelva costumbre.
Respecto
a este blog, pronto reanudaré mis entradas con anécdotas, con vivencias, más
que nada porque probablemente el mes que viene haga noches y estaré sola,
solita, sola ante el peligro (miento, los móviles de mis expertos y apiadados compañeros
estarán encendidos). Seguro que Murphy (el de la ley) ya se está preparando
para troncharse conmigo, lo que no sabe el muy cachondo es que ya le despellejaré
yo por aquí.
Y me
despido subrayando lo que he escrito en uno de los párrafos anteriores. Si no
te gusta donde trabajas, ¡huye en cuánto puedas! ( o al menos inténtalo, seamos
realistas, no está la cosa como para andar tiquismiquis). Pero como dice Bebe
en su último disco, que aprovecho para recomendar:
«Si no
arriesgas no ganas y mueres en la espera.
Escupe el trozo de manzana que te hizo dormir,
la
vida es para ti... »
Cuánto me alegra este cambio Irene.
ResponderEliminarYa era hora que te tocara.
Del suelo. ..al cielo!!
Estaré pendiente de tus nuevas experiencias
Un besazo, exitosa compañera!
Acabo de terminar tu segundo libro (he estado totalmente enganchada hasta el final) y estaba pensando cuándo escribirias algo en tu blog y mira por dónde. Me alegro que estés contenta en tu nuevo trabajo, siempre dan miedo los cambios pero cuando una está quemada es lo mejor. Es verdad que acabarás quejandote de éste pero es que nada es perfecto y de todas formas, si nos cuidaran más a las que cuidamos otro gallo cantaría. Que la suerte te siga acompañando porque entre la oposición, los libros, tu nuevo destino...parece que todo te va genial. Te deseo lo mejor
ResponderEliminar