MISTERIOS ENFERMEROS

¿Os
suena esta secuencia?
1)Boli
cayéndose, desde el bolsillo de un enfermero, al suelo.
2)Enfermero
que se agacha (tirando de lumbares o de rodillas, dependiendo de la edad), y
recoge su objeto perdido.
3)Cuando
el enfermero está prácticamente incorporado (antes nunca), el resto de bolis
saltan misteriosamente del bolsillo, envidiosos del anterior que se lanzó al
vacío a explorar mundo.
4)Enfermero
(resoplando o gruñendo, depende de las horas trabajadas), que se vuelve a
agachar a recoger a los intrépidos.
5)Cuando
el enfermero está prácticamente incorporado (antes nunca), el resto de objetos
del bolsillo (vías, tapones, tijeras, pinzas, rotuladores con punta fina,
rotuladores gordos, compresores, agendas, jeringas, sueros, toallitas
desinfectantes, planillas en pequeñito, móviles, xumadoles, orfidales…, etc.),
saltan al vacío en un tercer arranque trotamundo.
6)Enfermero
(bufando en un 99% de las veces), que se vuelve a agachar a recoger el
material.
No, no
somos Mr Bean, (ni tenemos tiempo), es que deberían inventar algo. Porque como
no somos tontos, y esto nos ha sucedido incontables veces, cuando nos agachamos,
con la manita que nos sobra protegemos un bolsillo, pero los otros dos no
(nuestros pijamas suelen tener 3) y es de ahí de donde caen los malditos... Pensando en el futuro, seguro que los
enfermeros del 2600 (por la selección natural), nacerán con cuatro manos; el
resto habrán muerto de atroces lumbagos.
Pero
hay otro misterio que molesta más… mucho más, por lo menos a mí. Os muestro una
foto.
¿Os
dice algo? Si, verdad… Para los que no sois enfermeros, si alguna vez vais a un
hospital, y veis aun enfermero actuando como si tuviera un brote psicótico:
levantando cosas, yendo y viniendo, entrando en cada una de las habitaciones
con cara de preocupación sin mirar al paciente y sí a las mesillas o pies de cama,
yendo y viniendo de nuevo, levantado hasta la torre del ordenador, agachándose en
el suelo… No, no se ha vuelto loco, es que ha perdido la chuleta (o guardia).
Otro
gran misterio sin resolver, ¿a dónde irán las chuletas? ¿Tienen pies? Y que
levante la mano quién del cabreo, después de buscarla por todos sitios, no se
ha puesto un poco más intrigante y rascándose la barbilla ha pensado:
¿Me la
habrá tirado alguien? ¿Alguien me odia en silencio tanto como para tirarme la
chuleta? (en mi caso siempre me viene a la cabeza la señora de la limpieza, que
es para hacer un blog entero).
Y como
no hay dos sin tres, otro tercer misterio enfermeril, es:
¿Por
qué se acaba la batería de tensiómetro en la última habitación del pasillo? ¡¡¡Arrjjjjjj!!!!
Él, el
tensiómetro, que no tendría sentido si nosotros, que nos debe su existencia, te
la lía a la que puede y se espera a que llegues a la habitación más lejana al
control para apagarse sin previo aviso. ¿Querrá que adelgacemos andando? ¿O es
que está harto de ser aparato de la tensión (que debe ser un rollo tremendo) y
se divierte haciendo maldades?
Después
de esta entrada es posible que nos cuadre mucho más que Agatha Christie fuera
enfermera. Hay tantos misterios enfermeros que podríamos llamar a Iker y a su
equipo de Cuarto milenio. Os invito a que comentéis más; lo mismo nos dedican
un programa, mira tú…
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