Lo mejor de mi día a día enfermero...
Va, y me dice el médico
antes de irse:
—Irene, hay que hacer
un traslado. El paciente de la 10 está en situación agónica y le vamos a
trasladar a la 5, que es una habitación independiente. Pepito, el paciente que
está en esa habitación, ya lo sabe y está conforme. Hasta mañana.
En ocasiones, cuando se
puede, si un paciente está muy malo, le dejamos solo, entre otras cosas, para respetar el duelo de
los familiares, y como ahora disponemos de varias habitaciones independientes, pues
es más fácil. Pepito, el de la 5, el que estaba totalmente de acuerdo en irse a
compartir habitación a la 10, no tardó ni un segundo en, nada más verme en el
pasillo, chistarme:
—¡Schhhhh, niña!
Fui; era primera hora
de la tarde y no me apetecía ir dando lecciones de educación desde primera
hora.
—¿Qué quieres Pepito?
—Niña, no me cambies de
habitación, anda, guapa, que me quedan sólo tres días para que me den el alta.
¡Arrrrjjjjjjjj! Esta
fue mi cara.
¡¿Pero por qué narices
no se lo dicen al médico?!
Más tarde, mientras iba
repasando por las habitaciones, vi que mi compañera, la de la habichuela, (aunque
la habichuela ya está a punto de salir y hace guiños en las ecos a sus papis),
llevaba mucho tiempo hablando con una familiar y el tono de la mujer cada vez
estaba alzándose más. Me acerqué, situándome a su lado; calladita, pero a su
lado. El caso, es que la señora le estaba echando la culpa porque su madre se
había puesto mala en una prueba esa mañana. Un sin sentido. Ahora tenemos la
culpa hasta cuando estamos en nuestras casas y ellos hacen una reacción al
contraste de una prueba. La mujer antes de irse, le regaló, frases como «pues
ponte gafas», «no sabes valorar» y lo remató mirándole la tripa y con tono
hostil y desagradable:
—Espero que a tu hijo
lo traten igual de mal.
¡Arrrrjjjjjjj! Otra
vez.
Al ratito, un familiar,
que acababa de llegar a ver a su madre, se dirigía con voz arrogante a la auxiliar.
Me volví a acercar. Le pregunté qué le sucedía y expuso, con el mismo tono, que
quería que le informara de cómo estaba su madre y del motivo por el qué se encontraba ingresada. Le
expliqué, con voz tranquila y apaciguada (porque me olía su respuesta), que la información
médica, la da el médico, y el horario es de 8 a 15. Le incrementó la mala
leche, (ya la traía de base bastante mala), me soltó otro sinfín de perlitas y se bajó a
atención al paciente a ponerme una queja por no darle información médica.
¡Arrrrrjjjjjj! De
nuevo.
Y cuándo, feliz como
una perdiz, marchaba para mi casa, y cual adolescente, iba con mi cara pegada al
móvil, viendo novedades del facebook, leí esta pregunta:
«¿Qué es lo mejor de tu
profesión, de tu día a día como enfermero?»
Me oí a mí misma
contestando:
—¿Pues qué va a ser? ¡Esto!
¡Cuándo salgo!
jajaja, mucho animo! a partir de ahora intentare ser más paciente con los enfermeros y auxiliares
ResponderEliminarIRENE!!!!He leído todas las entradas del blog y t voy a seguir leyendo xq eres tú...xo d verdad q m entra una mala leche.....x q escogimos enfermería????!!!!situaciones como estas son las q hacen q cada día m guste menos mi profesión!!xo q clase d gente tenéis n la planta,x dios!!sí está mucho peor q cdo la dejé....me acuerdo mucho d vosotras xo n hecho nada d menos la planta...
ResponderEliminarAnyway,enhorabuena x tú blog y x tú libro...ya tienes una seguidora más!! ;-)
Un besooooo
María
Hay enfermeras que me preguntan ¿pero de verdad que es así la planta? Yo estoy en... y están muy agradecidos. Y sí, es verdad, tú lo sabes, por lo que sea en ese servicio el ambiente paciente sanitario está cargado de hostilidad y desconfianza. Sabes que apoyé tu decisión de irte con energía, aunque te echamos de menos. Un beso enorme
EliminarMuchas gracias wapa!!!yo tb os echo d menos!! Así q id mirando día xa kdar ;-) ,sino,d todas formas m pasare x la planta antes d volver a irme xa veros!!!
EliminarUn beso grande!!!!
Jajaja, buenisima la.entrada
ResponderEliminarLo mejor de mi trabajo es también cuando salgo, aunque estoy en la puerta y los pacientes me siguen!pero consigo esquivarlos
un saludo